Qué ver en la Axarquí­a, la perla oriental de la Costa del Sol de Málaga

En plena Costa del Sol Oriental, la comarca de la Axarquí­a ofrece al viajero un sinfí­n de sorpresas, encuadradas en un pequeño territorio donde la distancias son mí­nimas. En este enclave privilegiado, bendecido por el sol y la luz mediterránea, se unen y complementan el bullicio y la oferta de ocio de una espléndida franja costera con el sabor singular de una tierras de interior repletas de pueblos de pasado musulmán y presente pleno de tradiciones y hospitalidad. Si a ello le sumamos un paisaje en el que no faltan acantilados, calas, suaves lomas de viñedos y escarpadas cumbres, el resultado es un destino único, a cuyo encanto es difí­cil resistirse.

Rutas en Málaga por la comarca de las sierras de Alhama, Tejeda y Almijara, bañadas por la luz mediterránea

Lo primero que llama la atención de la Comarca de la Axarquía es su privilegiada situación. En plena Costa del Sol oriental de Málaga, esta afortunada ubicación le otorga un delicioso clima, al estar resguardada de los vientos frí­os del norte por las Sierras de Alhama, Tejeda y Almijara y al situarse muy cerca del continente africano, del que lo separan las cálidas aguas del mar Mediterráneo.

La Axarquí­a ofrece al viajero una estampa difí­cil de olvidar. Una porción de terreno de unos escasos 1.000 Km2 en los que el visitante encuentra siempre mucho más de lo que imagina. Su orografí­a está compuesta por sierras, con alturas que llegan a alcanzar los 1.065 metros (La Maroma) y por suaves elevaciones, coloreadas delicadamente por los almendros, viñedos y paseros que salpican el paisaje. La amplitud y fertilidad de los valles permite el cultivo de productos subtropicales. El mayor de estos valles alberga a la capital de la Axarquía, Vélez Málaga, situada a 7 kilómetros en el interior.

Qué hacer en la Costa del Sol Oriental: viajes con encanto y turismo rural en un paraíso de playas y montañas

Pero el paisaje y la idiosincrasia de la Axarquía no es uniforme, sino que va desplegando una diversidad que es uno de sus mayores encantos. Desde el Rincón de la Victoria hasta Nerja encontramos una bellí­sima franja costera, salpicada de solitarias calas, acantilados y sol. En esta zona son numerosas las posibilidades para la práctica de deportes como el windsurf, el esquí­ acuático, la vela, el submarinismo o el golf. Hacia el interior de la comarca, el paisaje va cambiando. El verde de los bancales contrasta con el blanco de los pueblos encaramados en bellí­simas cumbres. Lagos, ríos, pantanos, trigales, olivos… todo se confabula para dar la impresión de que hemos sido transportados a otro país. Y finalmente, las altas sierras de Tejeda y Almijara que se elevan poderosas ante nuestros ojos. Recortados sobre sus blancas cumbres, los alminares mudéjares nos retraen a otros tiempos, con pueblos de trazado antiguo y singular. La escalada, el senderismo o el parapente encuentran aquí­ rincones de especiales condiciones para su práctica.

El embrujo natural de los parajes de la Axarquía, ideal para practicar turismo activo y revivir la historia de Málaga y sus leyendas

Entusiasmados y embrujados por el encanto natural de la tierra, la Axarquía ha sido desde tiempos inmemoriales lugar de asentamiento para diferentes pueblos y culturas. Muchas fueron las civilizaciones que dejaron su huella en la región, como la romana, la fenicia o la cartaginesa, pero sin duda la más profunda y significativa fue la del periodo musulmán, no en vano la zona fue testigo de excepción de innumerables batallas protagonizadas por los musulmanes en defensa de sus preciadas tierras. Lugares con tanto sabor como Comares poseen baluartes defensivos de primera magnitud, a la vez que disfrutan de uno de los tesoros más preciados: la soberbia vista que se contempla de la Costa del Sol Oriental. Por toda ella se erigieron fuertes torres de vigilancia, en defensa de los siempre peligrosos piratas turcos.

Leyendas más cercanas a nuestros tiempos nos hablan de los bandoleros, que rondaban por las sierras de la comarca, dando carta de naturaleza a lugares tan emblemáticos como la Venta de Alfarnate. Esta era paso obligado para los viajeros que se dirigían al interior de la Costa y a menudo en su calabozo eran enterrados los más famosos bandoleros, como ‘El Rojo’, ‘El Tragabuches’ y otros compinches de las más pintorescas hazañas. Toda la diversidad que atesora la Axarquí­a también se ve reflejada también en una amplí­sima y variada cultura gastronómica y festiva.

La cocina sabia de la gastronomía de la Axarquía: platos típicos malagueños de la comarca

La cocina de la zona se nutre sabiamente tanto de los pescados frescos de las aguas mediterráneas como de especies tan exóticas como el aguacate, el mango, la papaya, la piña o el níspero, sin olvidarnos de la caña de azúcar, de la que se obtiene la riquí­sima miel que se fabrica en Frigiliana. También es tierra para disfrutar del mejor vino, el que nos proporcionan sus extensos cultivos de pasas, así­ como de excelentes embutidos de las sierras, del choto y otros platos encuadrados en la más exquisita tradición pastoril. Esta abundancia de productos bien merece el sentido homenaje que la comarca entera les otorga con sus numerosas fiestas y degustaciones de productos tí­picos. La Fiesta de la Castaña, de la Pasa, de la Uva Moscatel, de la Morcilla, del Ní­spero o de las Migas son sólo alguno de los ejemplos de estas celebraciones, cuya fama se ha extendido ya por toda la provincia de Málaga.

En definitiva, la Axarquí­a, tierra privilegiada del sur de Europa, combina bajo un mismo espí­ritu bañado por la luz mediterránea la sencillez rural de los pueblos de interior, que esconden dentro de sí­ la magia de sus antiguos moradores, con la brillantez de una litoral de ambiente cosmopolita y excelentes infraestructuras turísticas.

¿¿Comenzamos el viaje? Conozca las cinco rutas de la Axarquí­a malagueña:

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