La Cueva del Tesoro, situada en el municipio de Rincón de la Victoria, en la ruta del Sol y el Vino, y a tan sólo 12 kilómetros de la capital de la Costa del Sol, tiene como origen una cavidad marina, con múltiples y espléndidas salas fruto del capricho del agua y de los años de erosión. Generadora de innumerables y bellas leyendas, guarda también infinidad de tesoros geológicos.

Para conocerla a fondo y disfrutar de todos y cada uno de sus secretos, el visitante puede hacer un recorrido de más de mil metros de manera guiada, pasando por las distintas salas que la componen. Desde la Sala de Noctiluca, santuario prehistórico de la Diosa lunar Noctiluca (diosa de la fecundidad, vida, muerte y caza), pasando por la Sala del Volcán, la Sala de Marco Craso, la Sala del Águila, la Sala de la Virgen, a la Sala de los Lagos, donde se pueden apreciar estalactitas como consecuencia de las filtraciones de agua a través de la piedra, además de disfrutar de los tres lagos que alberga la sala.

La cueva ha sido siempre un lugar propicio para los descubrimientos. En ella se han encontrado desde pinturas rupestres de animales o restos de cerámica pertenecientes al Neolítico hasta monedas de la época nazarí.

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Otro de los atractivos que depara la Cueva del Tesoro es su magní­fica acústica, lo que permite acoger en su interior diferentes propuestas musicales. En el mes de agosto se celebra el Festival Internacional de Música, un evento para el que se programan diferentes conciertos con un amplio espectro de propuestas musicales, desde ritmos latinos y sudamericanos hasta latin-jazz.